DIEZ VERDADES SOBRE LA OBEDIENCIA
La
obediencia de una persona conlleva una actitud de sumisión a la soberana y
perfecta voluntad de Dios. Es que ella requiere tener confianza plena y una fe
auténtica del plan de Dios. Nos detendremos en algunas verdades sobre la
obediencia:
1. No existe excusa para obedecer. Desde niño, fuiste premiado por ser obediente.
Pues, si “vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la
verdad?” (Gálatas 5:7). No hagas como
aquellos israelitas que volvieron a Egipto, pusieron su mirada hacia atrás
(Hechos 7:39).
2.
El orden de obediencia
está establecido: “…es necesario obedecer a Dios antes que a
los hombres (Hechos 5:29). Pero, no debes olvidar que Dios tiene sus propios
medios y te puede enviar un Moisés o un Josué a tu vida (Josué 1:17).
3.
La obediencia es el
mejor de los sacrificios: “…ciertamente
el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura
de los carneros” (1 Samuel 15:22).
4.
Dios quiere que obedezca
su palabra: “…ve y di… ¿no aprenderéis a obedecer mis
palabras?” (Jeremías 35:13).
5.
Obedecer la voz de Dios
te irá mejor: “sea bueno, sea malo, a la voz de Jehová
nuestro Dios al cual te enviamos, obedeceremos, para que obedeciendo a la voz
de Jehová nuestro Dios nos vaya bien” (Jeremías 42:6).
6.
La obediencia purificará
tu alma: “habiendo purificado vuestras almas por la
obediencia a la verdad, mediante el espíritu, para el amor fraternal no
fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1 San Pedro 1:22).
7.
Los obedientes se ganan
la confianza: “te he escrito confiando en tu obediencia,
sabiendo que harás aun más de lo que te digo” (Filemón 1:21).
8.
La obediencia no pasa
desapercibida: “porque vuestra obediencia ha venido a ser
notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para
el bien, e ingenuos para el mal” (Romanos 16:19).
9.
La obediencia vence la
ignorancia: “como hijos obedientes, no os conforméis a
los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia” (1 San Pedro 1:14).
10. La obediencia tiene un precio elevado: “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:8).
CONCLUSIÓN: Aquel que obedece no podrá ser avergonzado,
porque su corazón escucha y ha entendido la voluntad de Dios, mirará su pacto y
no se apartará de él ni de noche ni de día.
En
todo cuanto obedece, te convierte en el atalaya del deseo de Dios.
GENNYS AZAEL LORENZO
@GennysLorenzo
REPUBLICA DOMINICANA